martes, 4 de septiembre de 2012

Condenan a 18 años de prisión al asesino del periodista de Mundo Villa


Los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 2 porteño hallaron a Christian Cristaldo responsable de "homicidio simple" y de abuso de armas y lesiones con arma de fuego en una causa previa. El líder comunitario boliviano Adams Ledesma Valenzuela había sido asesinado en septiembre de 2010. La familia se mostró conforme con el fallo.


 










Un joven fue condenado hoy a 18 años de prisión en el juicio al que fue sometido por el crimen del periodista y líder comunitario boliviano Adams Ledesma Valenzuela, cometido en septiembre de 2010 en la villa 31 del barrio porteño de Retiro.
El abogado de la familia de la víctima, Roberto Braillard, informó a Télam que el Tribunal Oral en lo Criminal 2 porteño dictó esa pena contra Christian David Espínola Cristaldo (22), de nacionalidad paraguaya y apodado "El Pichu".
Los jueces Mónica Atucha, Hugo Boano y Fernando Larraín lo hallaron responsable del "homicidio simple" de Valenzuela y de abuso de armas y lesiones con arma de fuego en una causa previa.
"Todos estamos muy conformes, incluso su viuda, su madre, el resto de la familia y la gente de la villa 31. Fue una sentencia justa y la valoramos porque no todos los días se condena a alguien a esa pena", destacó Braillard.
Consideró que el crimen del periodista "fue un hecho cobarde porque el asesino sacó el arma blanca de su campera mientras hablaba con Adams y, según la autopsia, la profundidad de la herida fue de dieciséis centímetros, así que no lo quiso lastimar nada más".
Agregó que Ledesma fue asesinado "porque no soportaba ver a los chicos de la villa consumiendo paco y siempre echaba a Espínola de su manzana para que no les pudiera vender la droga".
El juicio, que había comenzado la semana pasada, se reanudó esta mañana con el alegato de la querella, representada por Braillard, que solicitó al TOC 2 que Espínola Cristaldo fuera condenado a 20 años de cárcel.
Por su parte, el fiscal Carlos Gamallo pidió una condena de 18 años y la defensa del imputado la absolución por el beneficio de la duda o una pena leve "por la historia personal" del joven, que vivió situaciones de abandono familiar.
Concluidos los alegatos, Espínola Cristaldo fue invitado a pronunciar sus "últimas palabras", pero no quiso hacer uso de ese derecho, por lo cual el tribunal pasó a deliberar y esta tarde dio a conocer el veredicto.
Durante el debate, fueron clave las declaraciones de dos testigos que reconocieron al imputado como el autor del crimen y explicaron con detalle cómo Espínola atacó con una sevillana a Adams.
Ledesma Valenzuela (41), padre de seis hijos, fue asesinado de varias puñaladas por la espalda la madrugada del 4 de septiembre de 2010, cuando salió de su casa luego de, supuestamente, haber sido despertado por un vecino porque había un desperfecto en la luz eléctrica.
El abogado de la familia aseguró que eso nunca se pudo probar, ya que ningún vecino declaró haberlo llamado, y que no se descarta que haya actuado un cómplice de Espínola que lo hizo salir bajo un engaño.
Desde un principio, el robo como móvil del crimen quedó descartado, ya que a la víctima se le encontraron 55 pesos en el bolsillo -que la Policía le devolvió a su mujer junto a las llaves de su casa- y un buscapolo con el que la víctima iba a revisar la instalación eléctrica.
Para la familia, Espínola hizo salir a Ledesma de la casa, comenzó a hablar con él e incluso le ofreció un vaso de vino, pero luego sacó un arma blanca y se la clavó en el pecho porque el periodista le impedía vender paco.
Ledesma Valenzuela era el dueño del canal de televisión comunitaria Mundo Villa TV, que transmitía desde la villa 31 con llegada a 1.500 hogares y a la villa 1-11-14 del Bajo Flores.
A su vez, retransmitía sus programas a Bolivia, Paraguay y Perú, cuyas colectividades son mayoritarias en esos barrios.
Además, el periodista realizaba desde hace varios años una actividad social y cultural, ya que daba clases de periodismo, fotografía y dibujo, con la coordinación de profesores de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El ahora condenado por del crimen fue apresado ocho meses después del hecho, cuando regresó a la villa creyendo que la Policía ya no lo buscaba. 

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