Las opciones son variadas a la hora de planificar una boda, dependiendo del presupuesto de los novios. A la vestimenta y a las alianzas hay que sumarle la fiesta de un momento tan inolvidable.
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Hay momentos en la vida que son inolvidables, y uno de ellos es el casamiento. Pero cuando una pareja decide coronar su amor con el trámite que los convierte en marido y mujer, el punto extremo de romanticismo que se vive en medio de esta decisión se diluye, muchas veces, cuando se empieza a pensar en el precio de la boda. Sobre todo si se desea festejar un instante tan trascendente, y si esta celebración incluye a familiares, amigos y compañeros de trabajo de ambos.
Los costos de la fiesta se convierten en un dolor de cabeza para los desprevenidos. Por eso se aconseja planificar el evento con anticipación. Porque además del vestido de la novia, del alquiler del traje del novio, las alianzas, el sellado del Registro Civil, y otros detalles, hay que pensar también en reservar el salón, contratar el servicio, convenir la fecha con el discjockey, diseñar los souvenirs, confeccionar y enviar las invitaciones, ponerse de acuerdo y armar la lista de invitados, buscar fotógrafo y camarógrafo, pensar en algún show para el trasnoche. En fin, son muchas las cuestiones a considerar previamente a que suene la feliz melodía de la marcha nupcial.
Y si bien hay opciones para todos los presupuestos, hay un promedio en los costos que no puede eludirse cuando se da el gran paso, y hay que pensar en disponer una cifra que puede llegar a rondar los 30.000 pesos.
El atuendo
La mayoría de las novias soñaron toda la vida con este momento, por eso, no tendrán reparos a la hora de gastar en el atuendo que lucirán en la iglesia. Patricia Beccaría es modista y contó que “la mano de obra para hacer un vestido de novia arranca en los 1.000 pesos, dependiendo del modelo. Si es bordado se encarece en 500 pesos más. A esto hay que sumarle el costo de las telas, que también varía mucho”.
“Hoy en día se usan los vestidos más sencillos, no tan pomposos como antes, y por eso no llevan tanta tela. Si lo quieren con velo, hay que tener en cuenta que el tul no es tan caro, pero si llevan piedras el valor se incrementa considerablemente, ya que no se consiguen en Paraná y hay que viajar a Buenos Aires. Hay vestidos que terminan costando entre 4.000 y 5.000 pesos”, añadió.
En referencia al tiempo que lleva la confección y la costura, detalló: “Las chicas los encargan entre los tres y los seis meses antes, aunque también suelen venir con un año de anticipación, para que las oriente en el modelo, según su estilo”.
La tendencia impuso la moda de las flores naturales para el ramo. Un ramillete sencillo de rosas arranca en los 60 pesos. Pero según la flor elegida, la variedad y el tamaño del ramo, el precio puede variar de los 150 a los 300 pesos. A todo esto, la prometida deberá sumar el peinado y el maquillaje, cuyo precio también es muy variable, aunque se puede pensar en los 200 o 300 pesos.
Para los hombres, la cuestión parece resolverse de manera más sencilla, y más económica: “A diferencia de las novias, el 95 por ciento de los varones alquila el traje para casarse”, contó Adrián, empleado de un local dedicado a este rubro. “Los precios oscilan entre los 300 y 700 pesos, según si llevan chalecos y corbatones. Nunca me quedo sin stock, pero se recomienda reservar con tiempo, para poder elegir los modelos”, precisó.
Las alianzas y los souvenirs
Los anillos, que simbolizan el compromiso entre la pareja, es uno de las insignias más importantes para sellar el amor. Las alianzas se colocan tradicionalmente en la mano izquierda, con la creencia de que la sangre que pasa por el dedo anular llega directo al corazón.
Fabián Scialocomo, dueño de una joyería, indicó que “las alianzas arrancan en los 50 pesos si son de plata, pero para los casamientos se utilizan en general las de oro, cuyo precio arranca en los 700 pesos”. “Si los novios quieren algo labrado o con algún grabado, hay que hablar de otros importes”, especificó.
Los souvenirs pueden tener diferentes características y esto hará variar los precios. Los más económicos se consiguen en 5 pesos. Lo mismo ocurre con las invitaciones. Para abaratar los costos en ambos detalles, por lo general los novios o algún familiar bondadoso se encargan de realizarlo en forma artesanal.
Para casarse, en el Registro Civil hay que abonar 30 pesos, que se destinan a la libreta de matrimonio. Pero si los novios pretenden que la ceremonia se lleve a cabo en el lugar de la fiesta, y en un momento que excede el horario de atención en los días hábiles en que trabaja este organismo, habrá que pensar en una inversión que va entre los 600 y los 1.500 pesos.
El video es un detalle infaltable para perpetuar el acontecimiento, aunque sólo se mire una vez en la vida, en una posterior reunión familiar, y luego pase al olvido en el fondo de un cajón del hogar. Las 100 fotos del civil, la iglesia y la fiesta, más un mural, cuestan alrededor de 1.000 pesos. El servicio completo, que incluye la misma cantidad de fotos, pero suma el video y la pantalla gigante donde se revivirán momentos de gloria de los comensales, tiene un precio de 2.500 pesos.
La batucada y el cotillón
Uno de los momentos más esperados del jolgorio es cuando irrumpe la batucada: un grupo de músicos que aumenta el ritmo, y de bailarines y bailarinas que incitan a danzar hasta al abuelo. Esta media hora de espectáculo, en que la intensidad del baile llega hasta su punto máximo, hace trepar también el precio de lo que cuesta un casamiento: una batucada cobra alrededor de 600 pesos. Pero el precio de la diversión es impagable.
En cuanto al cotillón, varía según el presupuesto, pero hay que pensar en gastar, mínimo, 500 pesos. Cada vez hay más variedad, por lo que se puede llegar a triplicar el gasto.
