domingo, 17 de marzo de 2013

DE SIMON EL NEGADOR A PEDRO EL PONTIFICE


> Por Juan Eduardo Lenscak - Formosa

Francisco tiene marcado el derrotero pastoral en lo que Bergoglio decía en su correspondencia epistolar durante la dictadura: volver a las fuentes, recuperar la memoria y unir sin confundir.
Francisco tiene marcado el derrotero pastoral en lo que Bergoglio decía en su correspondencia epistolar durante la dictadura: volver a las fuentes, recuperar la memoria y unir sin confundir.

Panorama semanal
De Simón el negador, a Pedro  el pontífice.
Por Juan Eduardo Lenscak

El pasado de traición y debilidad humana, cuando crucificaron al Mesías, no impidió que Simón, el hijo de Jonás, que lo había negado, no una vez, sino varias veces seguidas,  se convirtiera en Pedro, y asumiera la responsabilidad de ser el primer sumo pontífice. Su testimonio posterior al arrepentimiento, justificó la elección; coronando con el martirio su entrega total a la misión pastoral encomendada.
Bergoglio,  también como Simón, tuvo sus flaquezas  durante la última dictadura cuando flagelaban, crucificaban y desaparecían apóstoles en aquellos golgotas clandestinos . Así lo reconocieron  Emilio Fermín Mignone (Apdh), Estela de Carlotto (Abuelas),  Perez Esquivel  (Serpaj) , Horacio Verbisky (Cels)  Luis Farinello y el propio Yorio.   Mignone en su libro “Iglesia y Dictadura, la experiencia argentina” escribió: “esta siniestra complicidad explica algo que cuesta entender a los observadores católicos extranjeros: la sorprendente pasividad de un episcopado que contempla sin inmutarse cómo obispos, sacerdotes, religiosos y simples cristianos son asesinados secuestrados, torturados, apresados, exiliados, calumniados…” señalando puntualmente el caso de Bergoglio.  Estela de Carloto, expresó: “No lo escuchamos nunca hablar de nuestros nietos, ni de los desaparecidos. No vino a estrecharnos las manos ni a ofrecer desde la iglesia el apoyo necesario, que todo católico como somos, esperábamos". Perez Esquivel, por su parte afirmó que "no fue cómplice directo de la dictadura pero no tuvo el coraje para acompañar nuestra lucha". Verbisky, directamente lo acusa de complicidad  con el secuestro y torturas del sacerdote Orlando Yorio y de Francisco Yalics. El padre Farinello, cuando le preguntaron si Bergoglio fue a pedir por Yorio y Jaliks, responde: “Tal vez. Bergoglio sabía que Orlando y Jalics no eran guerrilleros. Claro que tenían una línea más tercermundista, más transparente con los fieles. La jerarquía eclesiástica no comprendía esta opción por el trabajo en las villas”. Orlando Yorio cuando tuvo oportunidad de declarar  acusó a Bergoglio de haberlos entregado de hecho a los escuadrones de la muerte cuando se negó a decirle al régimen que él apoyaba su labor. 
Estas apreciaciones y las causas abiertas donde se lo cita a declarar, tanto en nuestro país como en la justicia francesa, golpean furiosamente en contracorriente con la euforia internacional  provocada por la elección “revolucionaria” de designar un obispo latinoamericano.
EL PASADO PUEDE SER RESIGNIFICADO.
Francisco Yalics, y Bergoglio, después del calvario de la Esma, se abrazaron y concelebraron una misa, en señal de reconciliación;  sacándole provecho a una experiencia tan amarga,  demostrando que el pasado puede ser resignificado. Como lo demostró San Pablo, terrible represor de cristianos.  O  monseñor Scozzina quien fuera visto y acusado de alegrarse gritando “cayó el tirano” cuando la revolución fusiladora bombardeaba Plaza de Mayo para destituir al presidente constitucional J.D.Perón; y años después al fundar el movimiento rural y acompañar el nacimiento de las Ligas campesinas,  se lo vio liderando una huelga de iglesias ante la escalada  genocida desatada en la provincia y en el país contra el estado de derecho cuando gobernaba el peronismo. Actitud profética  que le costara su renuncia forzada a la diócesis que había fundado. También  podemos comprobar  esta ruptura del pasado con el futuro en el caso del padre Mujica,  y en el testimonio de Tati Almeida…
Hubo fumata celeste y blanca, como describió Jorge Giles.
Tenemos nuevo sumo pontífice.
Y es latinoamericano. Lo cual representa todo un mensaje en sí mismo, señalando simultáneamente la vitalidad del nuevo mundo, la corrupción del viejo continente y una profunda e imperiosa necesidad de cambios.
Los gravísimos problemas de la humanidad, y de la propia Iglesia, claman por nuevos paradigmas en la convivencia. Responsabilidad que cargó sobre sus hombros el actual sucesor de Pedro. Que respondió con la sabiduría esperada en el primer gesto de rebautizarse con el nombre programático de Francisco, referente para la Iglesia y el mundo, nada menos que de la pobreza y de la ecología (ámbitos contemporáneos de encarnación de la buena nueva).
CUALIDADES.
Quien suscribe estas líneas puede dar testimonio de las cualidades personales por las cuales aceptó cargar sobre sus espaldas  la cruz del pontificado. Cualidades  que tampoco pueden definir su comportamiento futuro, pero al menos pueden alentar esperanzas de una gestión acorde con las expectativas generadas.
Siendo su colaborador inmediato mientras  era maestro de novicios, lo pude conocer más profundamente.
Cuando me detuvieron y torturaron, durante la dictadura militar, conté con su acompañamiento a través de la correspondencia epistolar que aún conservo.  Tuve las mismas acusaciones que habrán tenido Yorio y Yaliks. Fui torturado.Conocí el drama de los desaparecidos por convivir y ser uno de ellos, en la brigada de investigaciones de Resistencia. Desde el primer día de mi detención, hasta el último, estuve alojado en el sector de máxima peligrosidad, considerado ideólogo de la subversión en Formosa.
Bergoglio me acompañó en aquellos momentos tan duros; lo cual no es un dato menor.
En sus textos, en aquel entonces, y bajo aquellas circunstancias, ya hablaba de (sic)  “recuperar la memoria”, “sin caer en los talleres de restauraciones, ni  en los laboratorios de utopías, ni  en  los extremismos de centro (esos del ni muy muy ni tan tan)”.
Conociéndolo personalmente, releyendo sus conceptos de la correspondencia carcelaria ya amarillenta, a la luz de las nuevas circunstancias, y teniendo en cuenta que fue bajo su protagonismo pastoral que la Iglesia, aunque muy tardíamente, pidió perdón por sus pecados de acción y omisión  cometidos  en la última dictadura, no puedo menos que participar de la alegría colectiva que significó su designación como sumo pontífice.
PORVENIR
Se impone volver a las fuentes fundantes del cristianismo, para abrevar la sed que nos motiva (que no se sacia ni en cuentas bancarias ni en apetitos carnales) Se impone recuperar la memoria con jóvenes entusiastas y ancianos sabios (sin amnesias provocadas ni rituales alienantes) Se impone juntar, y unir; no dividir ni confundir.  Se impone, en síntesis hacer lo que él mismo me decía en la correspondencia carcelaria durante la dictadura.
Hoy tiene la oportunidad de conducir a la Iglesia en ese camino. La historia juzgará si tuvo coherencia entre sus dichos y su acción concreta. Si por sus gestos se alegrarán los pobres… o sonreirán los genocidas que usaron la escarapela papal en sus solapas al conocer su designación.
Nosotros esperamos fervientemente que sus gestos, su nueva manera de anunciar la buena nueva provoque la alegría de los “pobres, las viudas y los huérfanos” contemporáneos, y aquel Jorge que conocimos entre casa, se convierta en piedra angular, en profeta  del  cambio, pastor de los pobres e inquisidor de los ricos,  en sabio  preocupado por  el medio ambiente…  en Francisco, el sumo pontífice que necesitamos.