Ø Por Yasser O.
Hase
Qué común que
resulta en los usuarios de las telefónicas que los desperfectos en las líneas
perjudiquen las comunicaciones.
Ya no es una
novedad que a la hora de intentar llamar a alguien, ocurra algún desperfecto
que lo impida. Como así también, con los mensajes de texto, la utilización de
las diversas herramientas que empleen internet y/o, los silencios y
desconexiones que acontecen habitualmente.
He aquí donde
uno puede hallar el mal manejo que se registra desde las diversas compañías.
Antes, lo complicado podía llegar a resultar cuando la notificación se
intentaba realizar a otra empresa, que no fuera la que le presta el servicio a
uno. En éste tiempo, las dificultades se encuentran hasta en la misma
prestadora que comparten dos personas.
Resulta casi
ilógico observar el estado de abandono que las brindadoras de servicios tienen,
siendo que es una época en la cual, lo “normal”, es ver que la gente posea más de
una línea (o número). Natural es ver en estos tiempos 4 o 5 celulares en un
hogar, para uso particular, más los que generalmente brindan las patronales a
sus empleados.
Basta caminar un
poco por zonas de caudal de ciudadanos, para mirar cuanta utilidad tiene éste
avance tecnológico. Asimismo, se vislumbra con asiduidad los malestares de los
mismos individuos constantemente ya que no pueden enviar un mensaje, redactar
un mail, ingresar a Facebook, twitear algo, leer algún periódico o, siquiera,
poder llamar a algún familiar, amigo o el ser querido.
Cabe retomar que
esta problemática, afecta a todas las empresas de comunicaciones. Por ello es
que el inconformismo de los usuarios, se ve reflejado a menudo, en las redes
sociales, en las largas colas de sus prestadoras, en la vía pública y demás. De
esta forma es que, aún se desconoce cuál es modus operandi que poseen estas
firmas. No se comprende la falta de inversión, la mala prestación que brindan,
la mala respuesta que dan a los reclamos y, el poco respeto que se le otorga a
los clientes, incluso, antes las sanciones que el Estado les impone. Siempre es
más cómodo pagar esas cifras (muy elevadas para los mortales pero, insignificantes
para ellos) que mejorar los servicios ofrecidos.
Irracional es
ver que ante el crecimiento constante de la demanda, no se tomen medidas. Pero
si, los costos siempre son mayores. Nunca se equivocan a la hora de realizar
los cobros.
Desafortunadamente,
esta noticia, sólo queda en eso. Grandioso sería poder visualizar a corto plazo
un cambio y, no seguir padeciendo tantas dificultades.
Pero, ¿Harán
oído a los manifiestos de los consumidores, estas corporaciones de
telecomunicaciones, que tan globalizadas están?
Esa es el
interrogante que nos queda a todos, como usuarios perjudicados, por la mala
calidad de servicios de telefonía móvil.