martes, 4 de septiembre de 2012

De vacaciones sin tecnología ¿Es posible para los argentinos?


En el mercado turístico se habla cada vez con más frecuencia de Black Hole (agujero tecnológico) y Digital Detox (desintoxicación digital). El concepto se aplica para hospedajes donde además de descansar de las obligaciones, se descansa de la tecnología: no hay acceso a Internet, ni televisión, ni señal para celular ¿Cómo funciona esa tendencia en nuestro país?


Norma vive en el departamento de Canelones, Uruguay. Y desde hace más de diez años tiene un hospedaje en Carmelo, un pueblo ribereño con menos de 20 mil habitantes. “La semana pasada fui a Capital Federal. Ahí entendí por qué la gente tiene esa expresión cuando llega. Al principio ni siquiera saludan. Con el pasar de los días se van aflojando y después se entusiasman con el ritmo del lugar”, comentó la mujer. Y sus palabras vienen a cuenta de una necesidad generalizada pero a la que no todos pueden dar respuesta: desconectarse de la rutina. ¿Cómo hacerlo? Dejar a un lado los aparatos tecnológicos es un buen comienzo. 
De eso se trata la desconexión digital: tomarse un respiro de ordenadores, móviles, y tablets. Aplicado a los viajes, se traduce en un descanso sin interferencias tecnológicas. El estar alejado de la aparatología es importante para redescubrir actividades cotidianas que generan disfrute, pero en las que no siempre se repara: una agradable caminata, una buena comida, un bello atardecer o una siesta reconfortante. 
La idea de desconexión digital se completa con un alojamiento agradable, rodeado de un escenario natural, donde se ofrezcan servicios y actividades relacionados con el cuidado del cuerpo y la mente: alimentos de temporada cultivados en la zona o por productores locales, clases de meditación, yoga o shiatsu. California, México y Estados Unidos son los primeros países donde esta tendencia turística asoma. 
¿Argentinos intoxicados?
Si bien en Argentina no abundan hospedajes con ese tipo de propuestas, puesto que es una tendencia bastante reciente, existen algunas excepciones. “Las habitaciones de nuestro hotel no tienen televisión; aunque tenemos un salón de usos múltiples, por si algún visitante por trabajo o por interés lo necesita. Pero tratamos que la gente se venga a desconectar”, comentó Nilda, recepcionista del El manantial del silencio, un hotel boutique ubicado en Purmamarca, Jujuy. 
En sintonía con la idea de desconexión tecnológica, El manantial del silencio, cuenta con un servicio de terapias alternativas -reiky y shinku- y tiene además un restaurante donde se elaboran comidas regionales con ingredientes frescos. “La idea es que la gente se mantenga alejada de todo el sistema de información; aunque el hotel cuenta con wi fi”, precisó Nilda. “La reacción de la gente cuando se entera que no tenemos televisión en los cuartos es muy variada. Muchos se sorprenden al principio, pero cuando comienzan a disfrutar del lugar se relajan. También están los que por no ofrecer servicio de televisión, deciden no hospedarse”, comentó Nilda. 
Desde Paraíso Lodge, un hotel emplazado en el medio de un escenario natural, en la provincia de Misiones, aseguraron que la gente llega a tan imponente paisaje “para conectarse con lo digital”, relató una de las mujeres encargadas de la recepción del lugar. “Se los ve buscando de manera desesperada señal, porque acá es difícil poder utilizar los celulares”.
Un lugar para desintoxicarse de la tecnología, en California.
Un lugar para desintoxicarse de la tecnología, en California.
Desde una conocida agencia de turismo de la Ciudad de Buenos Aires, se refirieron a los servicios de televisión en las habitaciones y wi fi como condición sine qua non para que muchos turistas decidan alojarse en un determinado lugar. “Por wi fi es lo primero que preguntan. Y si se les paga un recargo se ofenden muchísimo. Exigen que el acceso a Internet esté incluido en el servicio que contratan”, comentó el especialista en el mercado turístico.
Aunque de acuerdo a los agentes turísticos consultados, no existen en nuestro país lugares especialmente adaptados para la desintoxicación digital, hay un mercado que también apunta al bienestar integral del viajante: turismo espiritual. 
Se trata de un descanso que se toman los visitantes con el objetivo de encontrarse a sí mismos dentro de un ámbito de relajación, que puede involucrar o no a la religión. Esta variante turística incluye actividades como yoga, paseos por la naturaleza, spa, seminarios, práctica de deportes y hasta tratamientos de belleza. 
En nuestro país, Córdoba y Bariloche son los destinos que más ofertas brindan para los adeptos a este tipo de turismo, que al igual la desintoxicación digital apunta al bienestar del visitante, sólo que al parecer los argentinos aún no están listos para desapegarse –así sea por unos días- de la tecnología.

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