"La idea de que existe un pacto entre gobiernos y BCE es un malentendido. Nuestro mandato no consiste en resolver los problemas financieros de los países", acotó el titular de la entidad en una entrevista a Le Monde.
Draghi reconoció que "hay analistas que se imaginan un escenario en el que estalla la Eurozona", pero negó con determinación ese escenario, y sugirió que los analistas reconozcan "el capital político" invertido por los líderes europeos en la apuesta a favor de la moneda comunitaria. No obstante, el presidente del BCE aclaró que, a largo plazo, la Eurozona debería fortalecerse con una mayor integración mediante "la unión financiera, presupuestaria y política que llevará a la construcción de nuevos cuerpos supranacionales".
El BCE está "muy abierto y no tienen tabúes", sostuvo el economista, sin embargo, defendió fervientemente las medidas tomadas por la entidad y calificó a la última Cumbre Europa como "un éxito" por conseguir herramientas prácticas como la "una unión financiera, un supervisor bancario, fondos de ayuda para recapitalizar los bancos". En España y Grecia la aplicación de esas medidas están generando un gran descontento popular, debido al recorte de los servicio públicos y el desempleo masivo.
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