lunes, 17 de septiembre de 2012

Carlos Heller: “El proyecto de ley de Servicios Financieros -en línea con la reforma de la Carta Orgánica del BCRA- tiene como eje la democratización del acceso a los servicios financieros”. Entrevista al Diputado Nacional de Nuevo Encuentro-FpV


Entrevistamos en exclusiva a Carlos Heller, Diputado Nacional del Frente Nuevo Encuentro -en alianza con el Frente para la Victoria- por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es fundador y actual Presidente del Banco Credicoop, entidad cooperativa en la cual anteriormente se desempeñó como Gerente General. De larga trayectoria como dirigente social en el Movimiento Cooperativo, en esta oportunidad opina sobre la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central y explica su proyecto de ley de servicios financieros que establece, entre otros objetivos, orientar parte del crédito a las micro, pequeñas y medianas empresas y colocar límites a las tasas de interés. También señala la importancia de profundizar los lazos entre los países de la región y destaca que la creación del Banco del Sur permitirá desarrollar canales de articulación productiva y será una herramienta contra la volatilidad externa. Leer más.
¿Qué opina de la reciente reforma de la Carta Orgánica del BCRA?
Me parece una medida trascendental de este gobierno porque apunta a desmantelar parte del ideario neoliberal que pregona la existencia de un Banco Central preocupado exclusivamente por la inflación, y por su independencia absoluta respecto al resto de las políticas económicas; una postura profundamente elitista que desvincula el accionar de la autoridad monetaria de los gobiernos elegidos democráticamente y quita de la órbita gubernamental uno de los resortes fundamentales de la gestión macroeconómica. La nueva Carta Orgánica fija sus objetivos en el fomento de la política monetaria, pero también de la financiera, del empleo y del desarrollo económico con equidad social, en el marco de las políticas establecidas por el Gobierno Nacional, y recupera herramientas de orientación del crédito y de regulación de tasas de interés y demás costos y plazos. Estas definiciones indican una recuperación de soberanía del Estado Nacional sobre la política monetaria, financiera y crediticia. En el mismo sentido de recuperar soberanía se inscribe la decisión de romper con la visión nefasta de que las reservas de divisas que el país posee deben dedicarse a cubrir íntegramente la base monetaria, que se logró con la modificación de la Ley de Convertibilidad, además de ampliar la utilización de Reservas Internacionales para cancelar deuda pública externa. La modificación de la Carta Orgánica está en línea con el espíritu de nuestro proyecto de Ley de Servicios Financieros.
¿Cuáles son los principales ejes de su proyecto de Ley de Servicios financieros?
El Proyecto modifica el espíritu de la ley de entidades Financieras 21.526 vigente desde la última dictadura. En lo esencial se busca pasar de una ley pensada para bancos, como ocurre actualmente, a una legislación que privilegie las necesidades de los usuarios de los servicios financieros y que contribuya al desarrollo económico y social.
Un eje importante es la democratización del acceso a los servicios financieros, para lo cual se plantean normas de orientación del crédito y límites a las tasas de interés activas. También se establece un listado de servicios esenciales que las entidades deberán ofrecer dirigidos hacia los sectores de menores ingresos de la población, para los que se fijarán pautas operativas determinadas y un nivel máximo de comisiones. Se apunta a la protección del usuario de los servicios financieros, para lo cual se crea en el ámbito del Banco Central una Defensoría del Usuario de Servicios Financieros. Esta norma es coincidente con la reciente creación de la Gerencia Principal de protección al Usuario de Servicios Financieros por parte del Banco Central, pero nuestro proyecto avanza aún más: establece que los bancos deberán crear un Departamento de Atención al Usuario de Servicios Financieros, de acuerdo con la reglamentación que establezca el BCRA. Se incorpora además un listado taxativo de operaciones para los bancos comerciales con el criterio de “banca universal”, abandonando el criterio actual de admitir toda operatoria que no se encuentre expresamente prohibida. Entre otras cuestiones, el proyecto instaura un fuerte fomento a la actividad financiera en las localidades de menor desarrollo relativo del interior, un objetivo incorporado también en la nueva Carta Orgánica del BCRA. Se incorpora una definición precisa para diferenciar las entidades de capital nacional y las de capital extranjero y se establece la obligatoriedad de que el Poder Ejecutivo sea el que autorice el funcionamiento de las nuevas entidades financieras del exterior
¿En qué se modificaría el rol de los bancos privados y cómo lograr que orienten una mayor cantidad de fondos hacia el financiamiento del sector productivo?
Los recursos financieros que administran los bancos poseen un carácter estratégico en términos de desarrollo económico y social y no resulta sensato que sean asignados por la lógica lucrativa de los mercados. Esto lleva, por ejemplo, a que las Pymes se hayan visto sistemáticamente postergadas como sujetos de crédito, y se privilegie el financiamiento del consumo y los préstamos a grandes empresas. Es por eso que nuestro proyecto apunta a orientar el crédito y colocar límites a las tasas de interés. Entre otras regulaciones, se establece la obligación para cada banco de destinar, como mínimo, el 48 por ciento de su cartera a préstamos a las micro, pequeñas y medianas empresas, y a  los préstamos para la construcción, compra y refacción de viviendas únicas familiares, por montos inferiores a los 500.000 pesos, y un 2 por ciento para financiar a microemprendedores. Complementariamente, se induce un mayor dinamismo de la oferta de préstamos para la vivienda, con el objeto de contribuir a resolver el déficit habitacional para el segmento de la población con cierta capacidad de ahorro. También se establece un costo financiero total máximo para los sectores más desprotegidos, micro y pequeñas empresas, los destinados a la construcción, compra y refacción  de viviendas únicas familiares por un monto máximo de 300.000 pesos y préstamos personales hasta 150.000 pesos. Este costo no podrá exceder en una proporción del 20 por ciento adicional el Costo Financiero Total Medio del sistema financiero, correspondiente a estas líneas de préstamo.
Usted ha hecho hincapié en profundizar el proyecto de integración regional. ¿Qué opina del proyecto de creación del Banco del Sur y qué otras medidas considera posibles para generar herramientas que permitan una mayor articulación productiva?
El Banco del Sur debe ser visto como un instrumento emergente de un nuevo estilo de integración que nació con el advenimiento de gobiernos populares en América Latina, y está llamado a ser uno de los hitos fundamentales de esta integración. Resulta imprescindible acelerar su puesta en funcionamiento ya que el Banco del Sur ayudará a fortalecer la integración regional mediante la creación de una nueva institución común, que tiene como objeto servir al financiamiento del desarrollo de los países de Unasur y de políticas compartidas. Más en general, la crisis financiera internacional hace más urgente que nunca que la Argentina y la región dupliquen las herramientas comunes para enfrentar la volatilidad externa y las posibles consecuencias sobre los sistemas financieros locales. En este contexto, es importante seguir incentivando el comercio intra-regional, con un carácter mutuamente beneficioso, considerando las asimetrías existentes entre los países, y que confluya hacia la complementación socio-productiva, sobre las bases de la cooperación, aprovechamiento de las capacidades y potencialidades existentes en la región, así como en el uso sustentable de los recursos naturales y la generación de empleos. Tras la reciente incorporación de Venezuela al Mercosur, la firma de acuerdos en el segmento hidrocarburífero entre YPF y PDVSA constituye un claro ejemplo de políticas que apuntan a la articulación productiva y a evitar cuellos de botella que limitan el crecimiento.
¿Cómo analiza la crisis europea, las soluciones propuestas por sus líderes y el hecho de que nada se ha hecho por regular la actividad financiera?
La crisis europea puede explicarse a raíz de la conformación de una zona monetaria común, como la del euro, en un marco donde existen profundas heterogeneidades y diferencias de productividad entre países, que benefició a las economías más poderosas, como Alemania, en desmedro de las de la periferia. Cabe subrayar que la creación del euro implicó resignar toda la soberanía monetaria y cambiaria en manos del Banco Central Europeo, abortando cualquier posibilidad para la periferia de dinamizar sus exportaciones y su consumo interno a través de la devaluación y la emisión de dinero. En este marco, el endeudamiento privado fue el encargado de sostener el gasto doméstico, pero a costa de un incremento de la fragilidad financiera. Las medidas actuales son contraproducentes, porque al apuntar a reducir los déficit fiscales dañan aún más la actividad económica, el propio frente fiscal, y el bienestar de los ciudadanos, sin apuntar a la raíz del problema, que es el problema del endeudamiento privado y la desregulación de las transacciones financieras.
¿Cómo protegerse -tanto en Argentina como en el resto de América Latina- de la crisis y la especulación financiera?
Si bien la teoría del desacople no se ha comprobado en los hechos y resulta imposible aislarse completamente de los efectos de la crisis, algunas herramientas pueden contribuir a reducir sus impactos. El desendeudamiento registrado en Argentina y en muchos otros países de la región, ha acotado considerablemente el contagio financiero, aunque los principales riesgos se presentan en el frente comercial. Hoy en día se aplican políticas anticíclicas a escala nacional que contribuyen a suavizar el impacto sobre el nivel de actividad, y también han cobrado impulso medidas de protección comercial para preservar el empleo doméstico. Esta postura debe ser necesariamente complementada con un enfoque que busque profundizar aún más los lazos entre los países de la región para amortiguar los efectos de la crisis de manera conjunta.
¿Cuáles considera son los principales desafíos hacia la profundización del modelo de desarrollo con inclusión iniciado en 2003?
Un plano de análisis podría pensarse desde lo que todavía resta por hacer para avanzar hacia una sociedad más igualitaria, hacia una economía más equilibrada y sustentable. Involucra, entre otras cuestiones, seguir avanzando en las modificaciones necesarias de la estructura productiva, más integrada, generadora de mayor valor agregado, con un componente tecnológico y de innovación importante, contribuyendo así a mejorar la distribución del ingreso y a reducir la informalidad laboral. También hay que apuntar a aquellas reformas necesarias en el plano fiscal, a través de una profunda reforma tributaria de carácter progresivo, a desmantelar los últimos resabios legales del neoliberalismo, como es la actual ley de Entidades Financieras, o los tratados bilaterales de inversión, que deben ser derogados.
Después está el plano de la disputa, ya que el camino a recorrer presenta dificultades y desafíos. Pero todo momento de cambio está lleno de tensiones. Cuando se habla de ánimos crispados, habría que preguntarse de quién es la crispación. Si de quienes proponemos los cambios o de quienes se oponen a ellos a través de los métodos más viles. Esa sociedad sin tensión que algunos quieren plantear es una sociedad estática, que mantiene las cosas como están y no modifica nada. No hay cambio sin disputa. Enfrente hay intereses poderosísimos y de este lado sólo podremos ganar si somos capaces de generar fuerza de mayor intensidad y en sentido contrario a la que presentan aquellos que intentan que se mantenga el statu quo.

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