domingo, 29 de julio de 2012

Los hechos que revelan el rol de Magnetto en la interna de la dictadura


Tal como lo advirtió el abogado Pablo Argibay Molina, el CEO de Clarín fue el artífice de la operación que le permitió al Ejército quitarle Papel Prensa a los Graiver y anular el proyecto de Massera.


Las declaraciones del abogado Pablo Argibay Molina sobre la forma en que Papel Prensa fue transferida durante la dictadura del Grupo Graiver a un conglomerado empresario liderado por Clarín y La Nación, y la interna entre videlistas y masseristas que desembocó en la coacción, el secuestro y la tortura de Lidia Papaleo y su familia, hallaron corroboración en la fuente menos pensada: una suerte de biografía autorizada de Héctor Magnetto publicada por José Ignacio López, periodista de La Nación y ex vocero del presidente Raúl Alfonsín. Ese libro, titulado El hombre de Clarín, vida privada y pública de Héctor Magnetto, describe la puja en la cima de la dictadura y brinda una versión sobre cómo, quiénes y con qué métodos lograron que Lidia Papaleo firmara el traspaso de la empresa. De su lectura se desprende que Magnetto se reclinó sobre Jorge Rafael Videla y Orlando Ramón Agosti, quienes no tenían proyecto político propio a futuro y sobre Papel Prensa "creían que se trataba de un proyecto industrial que no se podía interrumpir". En la vereda de enfrente, Emilio Eduardo Massera soñaba con suceder a Perón, pero su torpeza y falta de visión le birlaron la provisión de papel para sustentar su proyecto con medios de comunicación. En esa inclinación de la balanza a favor de Magnetto fue fundamental el abogado Miguel Tobías Padilla, cuyo nombre no aparece en el libro del ex portavoz presidencial, y podría ser el eslabón que vincule directamente al CEO de Clarín con la apropiación de la empresa.
El libro narra cómo el empresario César Civita, creador de Editorial Abril, durante la gestión de José Bel Gelbard en el Ministerio de Economía en la última presidencia de Juan Domingo Perón, "no necesitó mensajes demasiado explícitos y decidió que era el momento de correrse del medio y vender a Graiver su participación en Papel Prensa", que ya existía aunque todavía no producía. Según el libro, por ese entonces Magnetto "se metió de lleno en lo que para él era una cuestión fundamental para la autonomía del diario: el abastecimiento de papel". La dictadura todavía no había usurpado el poder.

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