domingo, 12 de agosto de 2012

Últimos hallazgos develarían el método de desaparición en Automotores Orletti


En junio se encontraron tres barriles de 200 litros con cuerpos en un descampado de San Fernando. Desde la década del '80 ya son once los tambores con restos humanos que fueron recuperados. Las pruebas de ADN arrojaron que en ocho casos se trataba de desaparecidos que pasaron por el mismo CCD. No descartan hallar más barriles.


























El 11 de junio pasado unos niños que jugaban en un basural frente al aeródromo de San Fernando encontraron un barril de metal oxidado con una capacidad cercana a los 200 litros que les llamó la atención. Se acercaron y desde una rajadura, que se había originado por el paso del tiempo observaron una imagen tenebrosa: en el interior del tacho descascarado había cemento mezclado con huesos humanos. Los chicos llamaron al 911. Tras la intervención judicial, se hallaron en el basural dos tambores más de similares características.
Desde entonces el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) comenzó a trabajar en la zona. Los primeros estudios genéticos arrojaron un mes más tarde que los restos hallados –que estaban en el barril número uno– eran los de Crescencio Nicomedes Galañena Hernández, un diplomático cubano desaparecido en agosto de 1976, quien estuvo secuestrado en el centro clandestino de detención (CCD) Automotores Orletti. Si bien aún se espera la identificación de los restos en los otros tambores, una serie de preguntas se hacen inevitables: ¿los cuerpos en los barriles restantes pertenecen a desaparecidos que estuvieron secuestrados en el mismo CCD?

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