Pablo Camaití dejó la que sería su quinta temporada en Caiga quien Caiga –donde era el encargado de seguir a la presidenta Cristina Fernández- para ser el conductor del noticiero de la medianoche en la TV Pública. Además, su productora inicia el segundo año del programa Mundo Bayer.
Soy
una persona ansiosa. Quiero que sea el momento del informativo ya mismo y que
empiecen a correr los días al aire”, dice Pablo Camaití, quien deja su quinta
temporada como notero de Caiga quien Caiga –era el encargado de seguir a la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner– para estar al frente de Visión
Siete, el noticiero de la medianoche de la Televisión Pública. Trabaja de
periodista pero es productor, realizador audiovisual y actor –la última vez
interpretó a César Borgia en una obra de teatro–. Este domingo estrena la
segunda temporada de Mundo Bayer por Canal Encuentro, realización de su
productora de contenidos El hilo. Recientemente se enamoró de la radio y se lo
puede escuchar todos los sábados en Buenos Muchachos (AM 750, sábados de 13 a
15). Su incorporación es la nueva apuesta de la pantalla de la TV Pública.
–¿Cuál
es la actividad que más disfruta hacer?
–Todas,
soy bastante inquieto. En el fondo siempre hay algo para contar y si no lo hago
me vuelvo loco. Es el deseo que tengo desde que me levanto hasta que me
acuesto, hay muchas historias para contar. Y el deseo te dirige la acción: si
hay mucho para contar, hay mucho para descubrir y para encontrar. Me asombro
todo el tiempo y lo voy abordando como puedo. Si no tengo nada para decir,
prefiero no hacer nada.
–¿Qué
hizo que se sumara a Visión Siete?
–La
pantalla de la TV Pública está muy distinta, hay una renovación constante de la
artística. Están haciendo una pantalla atractiva, divertida e interesante para
todos. Desde el humor de la mano de Capusotto, pasando por ficciones
importantes como fue En terapia hasta la gerencia de noticias que elige tener desafíos
con contenidos como Nadia 630 a la mañana o mismo Visión Siete: un noticiero
distendido para la medianoche.
–¿Qué
puede adelantar del estreno?
–Nada
de contenidos chabacanos y ofensivos. Vamos a tener piezas editadas especiales
para la edición de la medianoche, con otro ritmo distinto al del resto del día.
Se suma una columnista de deportes, Gabriela Previtera; no faltarán los
móviles, más adelante. Me interesa que podamos hacer crónicas recorriendo la
Ciudad, con sus misterios; quiero encontrar esas cosas no contadas, lugares
particulares. La propuesta es un noticiero ágil, corrido del formato
tradicional, con mirada joven y responsable porque estamos en la TV Pública.
–¿A
qué atribuye la tendencia a descomprimir los informativos?
–Se
da algo particular en el caso de los argentinos: somos muy consumidores de
noticias, tenemos un montón de canales de noticias 24 horas, en otros países no
se da esa situación. Supongo que eso influye bastante, nos va curtiendo en el
sentido de que si estamos todo el tiempo con la posibilidad de consumir
noticias también se empiezan a buscar variables. Por mi perfil y por mis
intereses personales, no podría estar frente de un noticiero en una edición
central, al menos hoy. Entonces esta posibilidad de estar en el noticiero pero
a la medianoche, dar las noticias, pero también dar lugar a la distensión, me
desafía y me gusta.
–¿Ya
recibió acusaciones por ultra kirchnerista?
–Los
que aparecen para insultar o descalificar suelen aparecer por las redes
sociales, un escenario que se presta bastante para ese tipo de exabruptos. Pero
por suerte son pocos, suelen estar muy enojados con todo y están en contra de
todo, estés en un lado o en el otro. Trato de no darle demasiada importancia.
Yo estoy trabajando y punto, no me doy rosca. Por otro lado, no he tenido más
que felicitaciones y deseos de que me vaya bien de la gente que yo respeto,
admiro y considero.
–¿Qué
mirada tiene sobre el llamado “periodismo militante”?
–Creo
que estamos parados en un lugar y está bueno que eso esté sobre la mesa. El
concepto en sí, no me amiga mucho por su connotación y las peleas que acarrea.
Pero por supuesto creo que está bien que los periodistas expresen de qué lado
están, no creo en la objetividad, en lo impoluto e independiente.
–En
un momento, CQC fue el programa que escrachaba políticos. Y su discurso de la
antipolítica en tiempos de menemismo, por ejemplo, tenía sentido. ¿Cómo
considera que funcionó el programa en los últimos años?
–Caiga...
se reinventó constantemente. Yo hice cobertura política desde 2008 hasta ahora.
No considero que se hayan abordado temas desde la antipolítica, me parece que a
su manera construye su aporte a la cosa democrática y no le escapó a los
grandes debates de la sociedad. No hay que perder de vista el formato: se trata
de un programa periodístico con humor y para buscar ese humor a veces vas a la
pregunta más sencilla. CQC nunca fue el ámbito para tener una entrevista con
posibilidad de análisis político con nadie. Salís a la calle a cubrir un tema
de agenda, hacés las dos o tres preguntas que tenés que hacer y le sumás algún
chiste.
–Fue
el encargado de seguir a la Presidenta...
–Sí
y me sentí muy orgulloso de eso. Tuve la posibilidad de cubrir mucha actividad
presidencial y haber tenido la posibilidad de poder estar ahí donde estuviera
Cristina Fernández de Kirchner me marcó profundamente. En el afán de hacer la
cobertura política de este país, tener un contacto permanente de entrevistas
con la máxima figura política del país, me ayudó a crecer como profesional.
También entrevisté a distintos mandatarios latinoamericanos. Entrevisté a todos
los actores sociales políticos relevantes.
–¿Recuerda
la primera salida al aire?
–Primer
programa de 2008, era martes. Justo ese día fue el primer cacerolazo por la 125
en Plaza de Mayo. Yo estaba haciendo una cobertura de otra cosa y me llamaron
de urgencia: cambio de planes en el primer día que salía a cubrir algo. Yo
estaba muy nervioso, iba a ser mi primera experiencia en televisión y ya tenía
toda la nota armada sobre otro tema: ovnis en el Uritorco. Y entonces fuimos a
la Plaza de Mayo, con la misión de hacer algo bueno y rápido porque había que
editarlo en seguida y salía al aire. La época de la 125 generó una necesidad de
cobertura política muy grande, había que cubrir mil cosas a la vez, muchas
políticas y los cronistas teníamos que salir todos a la vez.
–¿Cómo
surgió Mundo Bayer?
–Veníamos
trabajando en El Hilo con mi socio. En la productora trabajamos mucho en
equipo, la idea principal es la de hacer una televisión que cuente cosas
interesantes con la premisa de renovar el lenguaje y la manera de decir. Fuimos
a llevarle una propuesta a Bayer y nos pusimos a trabajar. Mundo Bayer cumple
el objetivo de contar todo lo que Osvaldo tiene para contar. Los que conocemos
a Osvaldo, lo hemos escuchado muchas veces, hemos leído sus libros, pero
entonces el desafío fue transformar eso en algo nuevo. Y la sorpresa aparece
todo el tiempo. Hay una búsqueda estética particular. Desde la imagen, la
música, el archivo, el relato de Osvaldo, las intervenciones afuera.
–¿Y
cuál es su búsqueda en radio?
–En
principio, me desborda. Buenos Muchachos es un programa de entrevistas. Un
sábado al mediodía hay tranquilidad y tiempo para hacer una entrevista larga de
una hora. Charlas sabáticas con personajes que nos inspiran, que admiramos, que
nos gustan. Creo que nos pasa a todos los que estamos trabajando en los medios:
la radio enamora. Últimamente estoy tratando de no preguntarme tanto el porqué
de las cosas que me pasan, prefiero disfrutar. A veces no tiene ni mayor
sentido preguntarse por qué, es simplemente eso, la radio te enamora y no podés
zafar.Mundo Bayer
La
segunda temporadaEl viernes se estrenó la segunda parte de la serie realizada
por Federico Randazzo y Pablo Camaití sobre el periodista y escritor que
comunica sobre los temas olvidados a propósito. Repite hoy, domingo, a las 10 y
a las 19.30. Cuatro capítulos más sobre la obra del historiador popular vivo
más importante de la Argentina.
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