El
empresario aseguró que ningún periodista de ese medio habló con él o con otro
miembro de su organización. Y negó que haga "operaciones políticas".
De todas formas, volvió a cargar contra la política económica del gobierno.
El
contrapunto entre la presidenta Cristina Fernández y el CEO del poderoso Grupo
Techint, Paolo Rocca, por el rumbo de la economía del país, tomó ayer, por así
decirlo, un giro epistolar, aunque esto no significa que haya bajado de
intensidad, ni muchos menos que haya concluido. Primero, el industrial envió
una carta a la mandataria –fechada el 7 de septiembre– para despegarse de las
opiniones que le atribuyó el diario Clarín, pero al mismo tiempo, ratificó la
mayoría de sus críticas. Al día siguiente, la presidenta le respondió por la
misma vía y además hizo público el intercambio, que después ella continuó a
través de su cuenta de Twitter (ver aparte).
Pero,
más allá de las profundas diferencias en materia de política económica, hubo un
punto en que tanto la presidenta como el CEO coincidieron: la necesidad de
desmentir la cobertura hecha por Clarín a partir de un artículo aparecido, sin
firma, en su edición del miércoles pasado.
"Los
más de 40 millones de argentinos merecen tener acceso a una información veraz y
sobre todas las cosas: conocer los 'modus operandi' de cierto monopolio –éste
si de carácter ilegal– que aún subsiste en nuestra querida Patria",
destacó Cristina Fernández. Fue después de que el propio Rocca pusiera por escrito
que la lectura hecha por el diario de Héctor Magnetto corría por cuenta de
quien escribió la nota, a partir de dichos de terceros y de su propia
interpretación. El industrial, que conduce una de las corporaciones
siderúrgicas más importantes del mundo, aseguró que en la reunión a la que hizo
alusión Clarín, celebrada el 3 de septiembre en la Academia Argentina de
Ingeniería, sólo estuvieron presentes 15 miembros de esa entidad y que no hubo
ningún medio de prensa. "He leído y escuchado con preocupación los
comentarios vertidos por Usted y por sus colaboradores sobre supuestas
declaraciones mías relativas a la situación de la industria en nuestro
país", comienza la misiva del empresario. Clarín había presentado como
dichos suyos que "a partir de 2008 el Gobierno perdió el rumbo", que
"no se sabe para dónde va" y que "la Argentina está muy mal
gestionada". Sin embargo, Rocca sostuvo que "un periodista, que no
logró acceder, buscó información sobre el contenido de la discusión de uno de
los participantes, y lo elaboró a su manera, sin ningún contacto conmigo o con
alguien de nuestra organización". También le aseguró a la presidenta:
"Podemos tener diferencias de opiniones, pero no hacemos operaciones
políticas y creemos en el diálogo abierto y transparente, en línea con lo que
usted misma expresó." Para la mandataria, el primero de estos dos últimos
párrafos significó "un punto de acuerdo", en tanto que el segundo fue
"revelador".
Sin
embargo, aquí se terminaron las coincidencias. Ante las quejas de Rocca por lo
que consideró una merma en la competitividad, un clima de
"incertidumbre" en materia energética, una suba del "costo
laboral" y un aumento de la "presión tributaria", Cristina
Fernández se remitió a lo que llamó "los concretos números de nuestra
economía, de nuestra industria, y de lo que su propio holding empresarial, en
una de cuyas empresas el Estado Nacional posee casi el 26% de las
acciones".
En
su escrito, Rocca expuso las "notas" que dijo haber utilizado durante
el evento del lunes pasado. Las primeras cuatro las dedicó a reconocer el
crecimiento que en los últimos años viene experimentando la industria local, en
tanto que en las últimas cuatro, las más extensas, se explayó en sus
cuestionamientos. En una de estas notas sostiene que "a partir de la
crisis mundial de 2008, y a pesar de que la industria argentina ha podido
mantener una tasa de crecimiento superior a la de Brasil, sus indicadores de
competitividad se han ido deteriorando". Continúa diciendo que "el
incremento en los costos laborales, aún ajustado por el incremento en la
productividad, ha superado la devaluación y ese factor, en conjunto con una
elevada presión tributaria, afecta la competitividad de las exportaciones
industriales". En este punto, el CEO afirmó haber expuesto "los valores
del costo horario de la mano de obra en nuestras instalaciones industriales en
la región". Sin embargo, no aclaró cuáles fueron esos "valores".
De acuerdo a la nota publicada por Clarín, habría detallado que "el costo
de un obrero industrial en la Argentina es de 24 dólares por hora, contra 12
dólares en México y 9 dólares en Brasil". El titular de Techint también se
refirió a uno de los caballitos de la batalla de los sectores que cuestionan
las decisiones en materia energética de la Casa Rosada. "La incertidumbre
sobre la disponibilidad y el costo futuro de la energía puede afectar las
inversiones industriales", sostuvo.
Finalmente,
antes de despedirse saludando con su "más distinguida consideración",
manifestó su "preocupación por la falta de coordinación en la gestión
entre distintas áreas de gobierno en los últimos meses". Y si bien se
mostró optimista por "la perspectiva a largo plazo para la industria
nacional" a partir de la integración regional y con el sector
agropecuario, Rocca pidió "más 'profundidad' en su crecimiento".
En
su cuenta de Twitter, Cristina Fernández se preguntó: "Si el país está tan
mal, que pasará en el 2016 y en el 2017 ¿Qué tienen pensado que se van a tornar
competitivos?" Para la mandataria, la respuesta es simple: "Fácil, me
parece que el obstáculo para que haya mayor competitividad con respecto al
costo laboral, soy yo, me parece."
«
La
respuesta también llegó por twitter
A
pesar de las cartas que intercambiaron la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner y el CEO de la Organización Techint, Paolo Rocca, para disminuir la
tensión que se había ocasionado a partir de una nota en el diario Clarín, ayer
la primera mandataria volvió a arremeter contra el empresario por la red
social.
A
través de su cuenta de Twitter, la presidenta afirmó: "El otro día leí una
nota de Paolo Rocca presidente de Techint. Sostiene que desde el 2008 hay mala
gestión y que Argentina es no competitiva." Y luego, aseveró, punzante:
"Cuando Paolo Rocca presidente de Techint, habla de competitividad, habla
exactamente del costo de un obrero industrial."
Según
Clarín, Rocca habría sostenido que "El costo de un obrero industrial en la
Argentina es de 24 USD por hora contra 12 USD en México y 9 en Brasil", y
que "en el 2018 Argentina va a ser un país muy distinto del que es hoy,
somos optimistas".
Por
esto, vía su cuenta de Twitter, Fernández de Kirchner concluyó: "Bueno,
fácil, me parece que el obstáculo para que haya mayor competitividad con
respecto al costo laboral, soy yo, me parece."
"Pero
la verdad, si el país está tan mal, qué pasará en el 2016 y en el 2017 ¿Qué
tienen pensado que se van a tornar competitivos?", se preguntó la
presidenta luego. "¿Querrán salarios de los trabajadores a un tercio o a
la mitad de lo que tienen hoy los trabajadores?", escribió, incisiva, en
su cuenta de microblogging donde ya suma más de 1.279.000 seguidores.
La
primera mandataria reafirmó así algunos pasajes del discurso que había ofrecido
el jueves pasado en la Casa Rosada.
"Yo
sé cuáles son los problemas q tienen y q tuvieron con él y conmigo. Son los
problemas de haber instalado una Argentina más equitativa", agregó la
presidenta en menos de 140 caracteres.
"Vivimos
una Argentina en la que tenemos que trabajar todavía muchísimo y que tenemos
que remar porque tenemos una crisis global muy grande." Finalmente, para
contrarrestar los ataques que recibió desde el matutino porteño, la presidenta
cerró: "Pero les aseguro que a la Argentina la vamos a conducir para q
todos sigan teniendo las oportunidades que comenzaron a tener desde el
2003."
En
la misma sintonía que Cristina, el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou,
recurrió a Twitter para opinar sobre el tema: "Paolo Rocca, habla de
competitividad porque quiere bajar salarios y q haya menos trabajadores, esos
sectores desean una economía para pocos." Algo que, claro está, desde el
kirchnerismo no piensan modificar.
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