sábado, 8 de septiembre de 2012

"El éxito y el fracaso son dos impostores permanentes"


Jorge Sassi y el suceso de "Dulce amor". Su personaje Emilio Mejía, el mayordomo gay de "las Bandi", es uno de los más reconocidos entre el público que convirtió a este virtual culebrón de Telefe en un éxito masivo de la TV.


Es un día soleado, así que algunos actores almuerzan al aire libre. Alrededor está el kiosco de Pepe, la mercería, y una calle que parece arrancada de algún barrio de Buenos Aires. Varias personas se pasean vestidas con ambo blanco; parecen enfermeros, pero en realidad son los encargados de interpretar a los empleados de la fábrica de golosinas Bandi, una de las locaciones donde todas las noches transcurre la historia de Dulce Amor (a las 23, por Telefe), la novela que significó el regreso del clásico "culebrón" a la televisión argentina.
Este es el universo en el que Jorge Sassi graba todos los días. Es mediodía, acaba de terminar las escenas de esa jornada, y prefiere hacer la entrevista en el comedor, rodeado de sus compañeros de tira. Sassi es parte del suceso de Dulce Amor, y su personaje, Emilio Mejía –el mayordomo gay de "las Bandi"–, es uno de los más reconocidos entre el público. Sin embargo, a pesar de esto, el actor no se casa con la fama y afirma: "El éxito y el fracaso son dos impostores permanentes. No hay que creerle a ninguno de los dos." 

No hay comentarios:

Publicar un comentario