miércoles, 29 de agosto de 2012

En el Día del Abogado, defender los Derechos Humanos


Alan Iud, abogado de Abuelas de Plaza de Mayo, hablo sobre el significado de la profesión, su trabajo por la defensa de los Derechos Humanos y la mala fama de sus colegas.


Alan Iud es abogado de Abuelas de Plaza de Mayo pero es más joven que los nietos que ellas buscan. A sus 31 años, es el referente del equipo jurídico que trabaja junto a Estela de Carlotto en la búsqueda de jóvenes a quienes privaron de su identidad durante la última dictadura cívico-militar, además de representar a las Abuelas en los juicios a genocidas en los que son querellantes.
Alan Iud, abogado de Abuelas.
Alan Iud, abogado de Abuelas.
"Para mí ser abogado significa poder colaborar con la protección de los Derechos Humanos a travás de una tarea profesional, en particular colaborar con las personas que están o estuvieron en una situación desfavorable, que merecen solidariudad y protección", sostuvo Iud. "También significa asumir la representación de intereses ajenos, representar interés de terceros", agregó.
Militante desde su adolescencia, este joven abogado dice que en Abuelas encontró un lugar en el que se siente "consustanciado" con su profesión y lo ayuda a cumplir con su vocación, esa por la que ingresó en al facultad, donde continuó su militando. "Me ayuda a cumplir con el objetivo que me propuse al estudiar Derecho, que es el de trabajar profesionalmente por una sociedad más justa y proteger los DDHH". Sin embargo, reconoce: "No imaginaba al principio ser abogado de Abuelas ni participar en juicios por delitos de lesa humanidad porque en ese momento no parecía posible, hoy Abuelas me da la posibilidad de desarrollar eso".

En relación con la mala fama que tiene la profesión en Argentina, donde los abogados son vistos con desconfianza, se los acusa de buitres, delincuentes o estafadores, Alan opina que esto"responde a que existen muchos abogados que defraudan a sus clientes, abogados que no se comprometen con la defensa de los derechos de sus clientes".
Iud (der.) junto a Estela de Carlotto (centro) y el nieto recuperado Francisco Madariaga (izq.)
Iud (der.) junto a Estela de Carlotto (centro) y el nieto recuperado Francisco Madariaga (izq.)












En ese sentido, se permite una crítica más profunda: "También la profesión en general esta orientada a la tarea en cuestiones patrimoniales, porque así está armado el Derecho en nuestra sociedad, y eso se expresa a través de dinero. Cuando aparecen las cuestiones económicas, la gente muestra su peor cara y los abogados pueden hacer cualquier cosa, forzar a sus clientes a hacer cualquier cosa por obtener un poco más de dinero",

Para revertir esto, propone "buscar mecanismos de solución de conflictos entre las personas más informales y trabajar mucho en la formación universitaria, donde el componente del derecho privado tiene una importancia muy gande en la carrera y hay una ausencia casi absoluta de enseñanza de normas éticas o de códigos de conducta".

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