Norberto Oyarbide rechazó el planteo por improcedente y, en línea con el dictamen desestimatorio del fiscal Jorge Di Lello, mantuvo la caución de los 40 mil pesos y no se pronunció sobre el pedido de quedar detenido por segunda vez, en el marco de la causa por malversación de caudales públicos y lavado de dinero.
El juez federal le había impuesto originalmente una fianza de cuatro millones de pesos luego de que la Cámara accediera a otorgarle la libertad bajo caución real, pero la Cámara ordenó una drástica rebaja de la fianza, estableciéndola en la cifra ahora reclamada por Schoklender.
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