lunes, 23 de julio de 2012

MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA Prisión preventiva para la mujer de Vildoza

Tras su captura luego de permanecer prófuga desde 1988, Ana María Grimaldos, esposa del exjefe de la ESMA, Jorge Vildoza, imputado en la causa del plan sistemático de robo de bebés, fue procesada por la juez federal María Servini de Cubría por estar acusada de la apropiación del hijo biológico de Cecilia Viñas, actualmente detenida desaparecida.



Grimaldos fue procesada con prisión preventiva en base al viejo código procesal penal por el cual tramita esta causa -que no prevé juicio oral ya que se realiza de manera escrita- como autora de la "sustracción, ocultación y retención" de Javier Penino Viñas, nacido en septiembre de 1977 en la maternidad clandestina que funcionaba en la Escuela de Mecánica de la Armada.
Además la Justicia acusó a Grimaldos de falsificación de documento público en dos ocasiones, por la partida de nacimiento y el documento nacional de identidad del menor apropiado y supresión de su estado civil, por todo lo cual se la embargó en dos millones de pesos.
Cecilia Viñas fue secuestrada en 1977 y fue la única detenida desaparecida que se comunicó con su familia hasta abril de 1984, ya en democracia. En aquellas conversaciones con su madre siempre denunció que estaba bajo "custodia militar" y le pidió a su familia que buscara a su hijo. Había sido secuestrada, en el barrio porteño de Almagro, con siete meses de embarazo, junto con su marido Hugo Pinino, y según testimonios de sobrevivientes fue llevada a la ESMA para dar a luz en septiembre de 1977 en la maternidad clandestina que funcionaba en la Escuela de Mecánica de la Armada, para luego ser trasladada a la Base Naval de Mar del Plata.
Su familia registró ocho llamados y se entrevistó con el entonces ministro de Interior, Antonio Tróccoli, quien puso a su disposición un grupo de investigación de la Policía Federal, sin resultado alguno.
Vildoza fue segundo jefe de la ESMA entre 1976 y 1980, a cargo del grupo de tareas 3.3.2, y se apropió del bebé de Viñas, quien fue apadrinado por el represor Roberto Pertussio, jefe de la fuerza de submarinos de la base naval marplatense y condenado a prisión perpetua por los delitos de lesa humanidad cometidos en aquel centro clandestino.
La causa se abrió en 1984 por la denuncia de Cecilia Fernández de Viñas, la abuela de Javier Gonzalo. Dos años más tarde Vildoza y su esposa se fugaron a Suiza con el niño y dejaron en el país a sus tres hijos biológicos. Desde entonces se sospechaba que estaban radicados en el exterior.
En 1998, cuando Javier Gonzalo Penino Viñas se enteró, navegando en internet, que "sus padres" tenían pedido de captura internacional, le envió una carta a Servini de Cubría, solicitando una prueba de ADN, y recuperó su identidad un año más tarde.


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